MARÍA MAGDALENA, LA ESCOGIDA POR JESÚS

María Magdalena, o María de Magdala o, simplemente María, es el personaje más importante del Nuevo Testamento, después, lógicamente, de Jesús de Nazaret

Fran Sancabal

MARIA MAGDALENA

María Magdalena, o María de Magdala o, simplemente María, es el personaje más importante del Nuevo Testamento, después, lógicamente, de Jesús de Nazaret.

La Iglesia cristiana, especialmente la católica, la ha ocultado, insultado, minusvalorado, increpado durante centurias, sabedora de que detrás de esta enigmática mujer, se esconde el tesoro que Cristo reconoció e iluminó, y después nos legó dentro de sus auténticas enseñanzas.

Mi buen y fraternal amigo Federico ha comenzado una senda de espiritualidad muy hermosa con una creación que debe ser faro y guía en estos momentos compulsos que vivimos; y me ha pedido un breve trabajo sobre María, y mi objetivo es centrarlo en la espiritualidad magdaleniense.

De María Magdalena se pueden decir muchas cosas, en muchos conceptos y tesis: historia, filosofía, sanación, antropología, religión, feminismo... Y, ante todo, espiritual; ya que el Maestro Jesús nos ha enseñado que Ella era espíritu puro, iluminado y femenino.

Cuándo aparece María Magdalena es un misterio, similar al de Melquisedec, sólo que, en el caso del Hieros Gamos de Jesús, Éste fue a buscarla, no espero su enigmática llegada, y aunque para la iglesia y sus ovejas (así se denomina al rebaño que sigue al Papa de turno) el primer milagro de Jesús, importante, colectivo, público, fue el de La Boda de Caná, cual sin duda fue la suya propia con su amada María, hubo otros dos, que sepamos (porque el Evangelio no es una crónica periodística ni un análisis histórico, sino una reflexión orante espiritual) el de la barca de Simón y Andrés; y otro anterior y, sin duda, más importante, el mayor: el encuentro con María Magdalena y la Iluminación espiritual que sobre ella extendió el Maestro, no liberándola, sino haciéndole lo que era en realidad: La Torre de Israel-Magdala.

Jesús, maestro-rabino-taumaturgo-sanador-profeta... Era y es, ante todo, Dios. Y por ello, Dios-Jesús se encontró divinamente con María porque fue escogida para la misión más importante: ser su paráclito, ser su Hieros Gamos, ser la primera de los apóstoles; de hecho, fue escogida y llamada antes que a ningún otro; el motivo, el Espíritu.

El término espíritu viene del hebreo Ruaj, y es de género femenino, mientras que en griego es neutro, y en cristiano es masculino; por ello mismo, porque la Tercera Persona de la Trinidad es femenina; y esto es una más de las cosas que la Iglesia católica esconde; quizá la más importante.

Jesús buscó, alentó, insufló en María Magdalena el Ruaj, el viento, la fuerza creativa de Dios y en todas las culturas la creadora es la mujer, excepto en el cristianismo que se ha dejado todo en manos masculinas, sin atender al principio fundamental del Universo conocido: la dualidad Yin Yang.

Jesús buscó, encontró, llamó (creo que es más exacto) a María Magdalena y le insufló el Espíritu-Ruaj, no liberándola de siete demonios, no perdonándole pecados de la carne; no. La iluminó como sólo puede hacer Dios-Jesús, y la transformó en maestra, apóstol, líder, Ser Espiritual de luz, y la tuvo a su lado, enseñándole más que a los otros hermanos, mostrándole otras realidades, y al terminar su vida pública, legándole la misión de evangelizar, de enseñar, de reunir y mantener sus dos mandamientos. De hecho, es a la única persona que se aparece en su cuerpo etéreo al resucitar; posiblemente porque sólo Ella sería capaz de verlo y sentirlo.

María Magdalena vibra en nuestros corazones no sólo por ser una mujer extraordinaria, no sólo por ser la auténtica líder de los apóstoles: Apostolorum Apostola, no sólo por ser la esposa de Jesús y madre de, al menos, dos hijos, siendo Sara la heredera... María Magdalena vibra en nuestros corazones y almas porque ella es el Espíritu de Dios, la Shekinah, que, además de ser la manifestación y la morada de Dios en la Tierra (para los judíos) es la energía femenina de Dios, de Yhve o, una deidad femenina como Elohim (plural) Y Jesús nos deja a su propia Shekinah (por eso era maestro judío) María Magdalena como la Torre, la que cuidará del rebaño, el Espíritu-paráclito donde podamos encontrar su camino y su Verdad.

Si en algo destacó el Maestro Jesús fue en mostrarnos la igualdad de todos los Seres humanidad, hombres y mujeres, mujeres y hombres. No es sólo que se dejará acompañar de ellas, que permitiera que ellas mantuvieran al grupo de elegidos con sus bienes, no que les enseñara como a los hombres... Jesús mostró la realidad de la Creación: hombre y mujer les creo, en igualdad absoluta. Jesús de Nazaret humano era hombre, Yang, y por ello necesitaba el complemento humano femenino Yin. La aberración espiritual ha sido, y se mantiene después de 2.000 años, poner al varón como único protagonista, al varón sacerdotal como único puente, pretender que el varón eclesial es la espiritualidad para seguir; abandonando, negando a la figura de María Magdalena.

Fijaros... Espiritualidad es término femenino, al igual que oración, meditación, sanación, creación... Todo aquello que tiene relevancia en lo espiritual es femenino; por ello, María Magdalena es la representante de este maravilloso y amoroso vibrar. No tenerla presente en nuestras oraciones, camino espiritual, meditaciones, desarrollo de vida humanista es caer en la desarmonía y falta de vibración.

El Evangelio de Jesús-Dios está escrito por hombres, de distintas escuelas, tendencias e intereses, y, además, Roma-Vaticano sólo ha aceptado cuatro, dejando muchos al margen, entre ellos el evangelio de Felipe, el evangelio de Tomás, el evangelio de la Infancia, y, principalmente, el evangelio de María (Magdalena) Y el evangelio nos habla principalmente de un período muy corto de la vida de Jesús, lo que denominamos la Vida Pública, centrándose en la última semana de vida. Pues bien, la espiritualidad de los evangelios gira en torno a Jesús, lógico, siendo el principal satélite María Magdalena: primera en ser llamada, primer milagro, su boda con ella, sus enseñanzas especiales, su iluminación, el encuentro en la cruz, el encuentro tras resucitar... Ella es la que da fe de la espiritualidad crística, y no el resto de sus hermanos apóstoles, y mucho menos el autodenominado Apóstol, Saulo.

Claro, la Iglesia católica desarrollo a su propia Shekinah, en la figura de María madre de Jesús, porque no podían ocultar la realidad de la desarmonización celeste de Yang sin Yin; y crearon una figura irreal (no porque no existiera) a la que le dotaron de todo aquello que negaron a la auténtica elegida por Jesús-Dios, y llegaron a nombrarla madre de Dios (dogma) Puede haber algún pecado de soberbia mayor que enmendar la plana a lo que Jesús-Dios determinó y realizó... Pero este es un tema que dejaremos para otra ocasión.

Fran Sancabal es maestro de Tradición oriental: Aikido, Tao y espiritualidad crística. Formado en teología católica. Especialista en la Orden del Temple. Estudioso y divulgador de la Sábana Santa. Terapeuta natural y Medicina Tradiciona China. Autor de diversos libros sobre La Orden templaria, María Magdalena y Jesús de Nazaret.