
LA ALEGRÍA. FUENTE DE VIDA
Que importante es la alegría. Cuando la irradiamos se convierte en una cascada inagotable de vida, optimismo, ganas de realizar cualquier objetivo que nos propongamos, de gozar de un bendito y luminoso día, de un armonioso cielo mágicamente estrellado
HUMANISMO
Federico A. Sánchez


LA ENERGÍA UNIVERSAL SANADORA DEL AMOR
Por Federico A. Sánchez. Dr. en filosofía, teólogo, presidente de la Academia Española de la Espiritualidad.
Que importante es la alegría. Cuando la irradiamos se convierte en una cascada inagotable de vida, optimismo, ganas de realizar cualquier objetivo que nos propongamos, de gozar de un bendito y luminoso día, de un armonioso cielo mágicamente estrellado. La alegría es una de las manifestaciones más significativas del ser humano, un regalo de la existencia.
Cuando estamos alegres todo parece diferente: problemas, circunstancias, adversidades…podemos encararlas de forma adecuada, mostrando una actitud diametralmente opuesta a ese estado de tristeza o abatimiento en el que, lamentablemente, solemos caer a menudo. La alegría es un estado del alma, una fuente de dicho personal y colectiva. Es cierto que en numerosas ocasiones fácilmente nos angustiamos por cuestiones demasiado frágiles, y que nuestro estado de pequeña plenitud anímica suele durar un tiempo breve; ¡demasiado corto para lo largo que se hace el camino! El ser humano se presenta con una fragilidad extrema, y la alegría se convierte y manifiesta, por esos instantes, en una joya de maravillosa presencia ante nuestros sentidos.
La alegría es una fuerza dinamizadora, un poderoso aliado ante la adversidad, una luz que alumbra la penumbra de la oscuridad…La alegría es una compañera grata y generosa; la alegría es el sentimiento de “sentirnos vivos y plenos para la realización”; la alegría es la realidad de comprender que podemos –y debemos- hacerlo mejor, que siempre tenemos una nueva oportunidad de mejorar y cambiar aquellas cosas de apariencia negativa que se manifiestan en nuestra vida; la alegría es la dulce fragancia del despertar de la conciencia; la alegría es la sonrisa de un niño; la alegría es la tranquilidad de un anciano; la alegría es la dicha de una joven pareja que comparten un camino; la alegría es la manifestación del sosiego, calma, serenidad y quietud que nos transmite un ser espiritual; la alegría es.
La risa; la risa es un compañero de la alegría: Si sonrío, estoy en una actitud mucho más relajada; distensionando las mandíbulas combatimos el estrés que cotidianamente acecha en cualquier recodo de una esquina a los seres tecnológicos que nos hemos convertido la gran mayoría de habitantes del denominado “mundo occidental”. Reír…reírse de uno mismo es una buena terapia ante la adversidad fatalista del destino. Reírse implica un cambio esencial de nuestro ser, una predisposición diferente y nueva ante cualquier amenaza (sea objetiva o fantasmal) que pretenda anular nuestra capacidad de respuesta.
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